Kevin, un adolescente tímido y con pocos amigos, vive obsesionado con un videojuego llamado Fabuland, a través del cual ha conocido al japonés Hideki y al español Chema, casi las únicas personas con las que se relaciona. Cada uno representa en el mundo de Fabuland un personaje diferente y juntos viven múltiples aventuras ficticias. Un día Kevin recibe dentro del juego un mensaje extraño: un nuevo personaje, una princesa prisionera, solicita su ayuda. El chico sospecha que detrás de esta identidad hay una persona real que vive un peligro verdadero. Entre la realidad y la ficción, Kevin tomará finalmente la iniciativa.
Recomendado a jóvenes lectores a partir de 12 años que descubrirán que los juegos de ordenador pueden llegar a tener unas posibilidades que ni siquiera se imaginan.