Nuestro padre San Daniel (1921) y El obispo leproso (1926) constituyen las dos partes de una novela en la que se nos muestra la vida y la muerte de una ciudad levítica, Oleza, a finales del siglo xix, y las pasiones, las crueldades, los amores, los odios, los sacrificios y los heroísmos de sus habitantes. La magistral prosa de Miró intensifica esta honda meditación, realizada con lucidez y amor, sobre la condición humana, el poder transformador del tiempo y la búsqueda de ña felicidad, dando cuerpo a un mundo complejo y denso, percibido y gozado con demoradad sensualidad mediante los cinco sentidos. El propósito mironiano de decir las cosas por insinuación afecta a todos los estratos de la novela, y sitúa al escritor alicantino entre los más radicales renovadores de un género que, en aquellos años, estaba sufriendo profundos cambios. Miguel Ángel Lozano Marco, profesor titular de Literatura Española en la Universidad de Alicante, desvela en su edición cómo esta novela original y deslumbrante, profunda y emotiva, viene a ser la culminación de la novelística de Gabriel Miró y una de las obras maestras de la novelística española.